La empresa había buscado obtener los convenios de ocupación superficial con los propietarios de predios en La Cañada donde se enclavaría el proyecto minero. La negociación, según activistas y propietarios, se buscó acompañada de la amenaza de expropiación. Así, ante el temor de perder el patrimonio familiar, algunos habitantes locales comenzaron a movilizarles. Se buscó solucionarlo por vías institucionales, pero resultaron infructuosas. A medida que el rumor se socializaba, comenzaron a incorporarse quejas sobre las posibles afectaciones ambientales: erosión, disponibilidad y calidad del agua y utilización de químicos como cianuro.
Se conforma la asociación civil Tetela hacia el futuro para hacer frente al proyecto espejeras. De manera organizada, los opositores intentan visibilizar la problemática ambiental como una amenaza ecológica y a la salud de los habitantes. Se posicionan en contra de la mina a través de comunicados de prensa y foros de discusión.
Se ingresa un informe preventivo denominado “exploración minera espejeras” donde se busca la autorización para la exploración de la zona mediante 43 barrenos. SEMARNAT requiere más información al promovente y éste confirma que se trata de una tercera fase de exploración —dos ya concluidas. Las primeras dos fases, amparadas en la NOM-120-SEMARNAT-1997 no requerían avisos de inicio, ni informe preventivo. Tras una visita de la PROFEPA se observa que las coordenadas de los barrenos no coinciden con las reportadas por el promovente. Además, en la adición de información resulta dudoso para la SEMARNAT si la empresa no ha realizado barrenaciones sin permiso. Hasta este momento los opositores locales se enteraron formalmente de los trabajos de exploración que ya había conducido Frisco. La falta de información previa, hacia los locales, es una constante.
La empresa ingresa la Manifestación de Impacto Ambiental en SEMARNAT. Enero de 2013, Tetela hacia el futuro solicita a SEMARNAT someter el proyecto a consulta pública. El 29 de enero se abre a consulta pública y, a pesar de las inquietudes expresadas por los participantes, el 1 de octubre SEMARNAT autoriza de manera condicionada el permiso para el proyecto espejeras. Sin embargo, una de las condicionantes fue establecer acuerdos con las comunidades indígenas afectadas en correspondencia con el convenio 169 de la OIT. A partir de este momento los opositores comenzaron a realizar marchas y campañas de difusión con mayor intensidad y denunciaron la poca claridad en el proceso de consulta. El 3 de octubre de 2015 se venció el plazo para realizar la consulta a las comunidades indígenas afectadas sin que esta se hubiera realizado. El proyecto se mantiene suspendido hasta el momento.